miércoles, 22 de junio de 2016

Impulso a las oposiciones para graduados en derecho

"Podría decirse que las oposiciones son el sistema selectivo menos malo de todos, porque al fin y al cabo se inspiran en la publicidad, concurrencia e igualdad de oportunidades"

J. Ramón Chaves.- Blog de la Justicia.com.- Me sorprende gratamente que en el BOE de 20 de Junio de 2016 se anuncia la convocatoria de diez plazas de letrado del Ayuntamiento de Madrid, lo que sigue la senda de las recientes cinco plazas por concurso-oposición de Letrados del Consejo General del Poder Judicial (BOE 3/6/2016) ambas con plazo abierto para que se presenten los interesados.

Tras la travesía del desierto de la crisis económica que congeló las convocatorias de las oposiciones en general, tuvo lugar la salida del letargo con el buque clásico de oposiciones para licenciados en derecho, la convocatoria de 65 plazas para jueces y fiscales (BOE 23/12/2005). Y después la convocatoria de las 108 plazas de letrados de la Administración de Justicia (BOE 7/1/2016), con arreglo al viejo Temario de Secretarios judiciales.

Y si se hace un barrido por los Boletines oficiales o por las webs de información de oposiciones, se captarán convocatorias de plazas para licenciados en derecho, unas de cuerpos típicos del Estado y ajustados a la Oferta de Empleo público 2016 y otros generados en las Comunidades Autónomas o entes locales. Hay para todos los gustos, desde plazas donde se requiere la condición de graduado en derecho (Letrados del Tribunal de Cuentas, letrados consistoriales o autonómicos, etc) hasta plazas donde es utilísimo (Administrador civil del Estado, Técnico de la Seguridad Social, Técnico de Instituciones Penitenciarias, Técnico de Tráfico, etc), sin olvidar los grandes cuerpos de inspección (Finanzas, Trabajo, Consumo, etc).

La clave está en buscar y rastrear la plaza adecuada, y no desdeñarla si son pocas las plazas convocadas.

Pero asomémonos a lo que espera al jurista opositor.
1.- La tónica general del procedimiento selectivo aplicado en tales oposiciones de cuerpos o escalas superiores, sigue el esquema clásico: un temario teórico con dos o más exámenes en modalidad oral y escrita, y un ejercicio práctico final. Al igual que Churchill decía aquello de que la democracia es el sistema de gobierno menos malo de todos, podría decirse que las oposiciones son el sistema selectivo menos malo de todos, porque al fin y al cabo se inspiran en la publicidad, concurrencia e igualdad de oportunidades. Y digo menos malo porque tal sistema tiene inconvenientes y fallos.

El inconveniente es el pilar memorístico que resulta cada vez mas anacrónico cuando fuentes jurídicas y bibliográficas están accesibles en bases documentales con rapidez y exactitud.

El fallo viene dado por el peso de la llamada discrecionalidad técnica del Tribunal calificador que no deja de ser un juicio valorativo de componente subjetivo (y como tal falible), pero al menos se deposita la confianza de la valoración en personas especializadas cuya imparcialidad y saber hacer hemos de presumir, especialmente cuando “contar, pesar y medir” aptitudes resulta muy difícil.

Así y todo, ya nos hemos eco de los crecientes correctores a los excesos o perversiones de la discrecionalidad técnica, que han venido de la mano de una Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo muy sensible a las exigencias constitucionales de igualdad, mérito y capacidad.

Así pues, las oposiciones son la puerta al empleo público, y por si resultan de utilidad los consejos del viejo león, curtido en varias oposiciones, como aspirante y como preparador, aquí están los diez escalones para el éxito, junto con otras curiosidades y recomendaciones útiles para opositores que tenéis aquí.

2.- Eso sí, si quien lee estas líneas es un flamante graduado en Derecho o próximo a serlo, me limitaré a recordarle tres refranes sabios y útiles para superar oposiciones.

Refranes útiles
Primerosi la montaña no va a Mahoma, Mahoma debe ir a la montaña; y es que hay que abandonar los prejuicios localistas y presentarse a oposiciones de cuerpos o escalas jurídicas (o técnicas) aunque el destino sea en otra localidad de la geografía española (si se supera ya habrá tiempo y ocasión para trasladarse).

Segundono poner todos los huevos en el mismo cesto. Las oposiciones son como unas mini-olimpiadas, en que hay unos años idóneos para superarlas y se vuelve difícil aunque no imposible cuando uno se enfunda en la “profesión” de “opositor”. Por eso, el tronco común de las oposiciones de Técnicos de administración general, civil o análogas permite la polivalencia de estudio para aumentar las opciones de superación, pues las ramas y hojarasca de temas específicos se preparan sin problema. De igual modo, el tronco común de las oposiciones a cuerpos de letrados públicos (Derecho administrativo, constitucional o procesal) permite presentarse a varias de ellas en varias ocasiones.

Tercero, no hay rosas sin espinas. Si se quiere trabajo fijo, con seguridad en las retribuciones e independencia, hay que esforzarse. Muchos son los llamados y pocos los elegidos. O sea, hay que estudiar con disciplina, y sobre todo, en materias jurídicas hay que estar actualizado y no limitarse a manuales o temarios vetustos sino que el temario exitoso es el “temario enriquecido” con la nota jurisprudencial, con la mención doctrinal oportuna, con la cita de la norma rabiosamente vigente. Y si no se obtiene la plaza en la primera ocasión, ya habrá otra. Un roble no se tumba al primer hachazo.

3.- Y si el éxito acompaña al graduado en Derecho, que no se duerma en los laureles. Al flamante letrado público le aguarda una dimensión emocional que no se enseña al preparar las oposiciones y que ya expuse en un corto video.

Y al juez le aguarda una jungla cuyas reglas de supervivencia o claves tampoco enseñan los temarios, y que intenté ofrecer en otro breve video sobre ser juez en el siglo XXI.

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